Los Lakers dejaron la eliminatoria casi sentenciada después de llevarse el gato al agua (110-111) en uno de los mejores partidos que se han disputado hasta el momento durante los play offs. Un palmeo de Matthews tras un fallo de Deron Williams estuvo a punto de decantar la balanza del lado local en el último suspiro, pero el balón acarició el aro antes de salirse para dejar a los Lakers 3-0 en la serie.
Y es que, la diferencia de potencial que se había visto en el Staples Center hace unos días quedó reducida a la mínima expresión por dos causas fundamentales. La primera, el ambiente infernal del EnergySolutions Arena, excepcional como siempre, y la segunda, quizá la más importante, la ausencia (al menos en espíritu) de Andrew Bynum, que dejó cojo al equipo en la pintura, justo donde se habían cimentado los anteriores triunfos de los Lakers.
Es justo señalar, que en la remontada había tenido mucho que ver el banquillo visitante, encarnado en las figuras de Brown, Odom y Farmar (22 puntos entre los tres). Como también es justo reconocer el trabajo de Fisher, el abuelo de la liga, tan criticado por su defensa sobre Westbrook en la primera ronda de play offs, pero que anoche fue decisivo. Los fue, porque anotó 20 puntos (incluido un triple con 108-106 y sólo 30 segundos de partido), pero también porque robó un balón que Carlos Boozer ya celebraba como canasta.
domingo, 9 de mayo de 2010
Los Lakers abren las puertas a la final
Publicado por Enamorado Martin , Enrique en 20:33
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